lunes, 26 de septiembre de 2011

MARÍA MAZZARELLO ♥

♥♥ MARÍA MAZZARELLO ♥♥

Nació el 9 de mayo de 1837 en Mornese, Italia. Siendo una sencilla campesina, pobre e ignorante, llegó a ser la Fundadora de la que es hoy la segunda Comunidad religiosa femenina en el mundo (en cuanto a número de sus religiosas) la Comunidad de hermanas Salesianas. En su vereda de Valpomasca no había campesino que fuera capaz de superar en el trabajo a María Mazzarello. Y cuando estaban desyerbando los campos o recogiendo las cosechas, los trabajadores exclamaban: "Lo que nos humilla es que siendo nosotros hombres fornidos, sin embargo siempre nos gana esta muchacha en cuanto a rendimiento en el trabajo".

A las cuatro de la madrugada se levantaba cada día, y después de arreglar todo lo que se necesitaba en casa para el trabajo del día, se dirigía hacia el pueblo, por caminos unas veces llenos de nieve o de barro y otras muy polvorientos, a asistir a la Santa Misa. A las siete de la mañana ya estaba de vuelta en casa para emprender las tareas agotadoras de la jornada campesina. Y durante el día desde el campo donde trabajaba dirigía de vez en cuando la vista hacia la lejana torre parroquial para ofrecer a Nuestro Señor las labores que hacía. Al llegar a casa se asomaba a la ventana de su casa de Valpomasca y desde allí, mirando a la distante torre de la Iglesia de su parropero quia, adoraba al Santísimo Sacramento. Y Dios supo premiar su piedad y fervor, de un modo que nadie se esperaba.

Cuando tiene 15 años, estalla en Mornese una terrible epidemia de tifo negro. María Mazzarello se dedica a atender a los enfermos con enorme generosidad y logra que muchos sanen y salven su vida. Pero ella se contagia y llega al extremo de que ya todos creen que se va a morir. Sin embargo se encomienda con toda fe a la Sma. Virgen  la Madre Celestial le concede de manera admirable su curación. Pero le sucede algo inesperado: ella que antes había sido la más fornida campesina de su vereda queda totalmente débil y sin fuerzas para dedicarse a las labores del campo. Era un plan secreto de Dios para que se dedicara a otra labor que el cielo le tenía señalada.

Entonces con su hermana y una amiga se fue donde el mejor sastre del pueblo y le pidió que le diera clases de costura y sastrería, y en pocos meses llegó a ser una excelente modista. Y con sus compañeras puso un taller de costura para las niñas pobres.

San Juan Bosco y María Mazzarello tienen extraordinario parecido en el método que emplearon para salvar almas y en la clase de gentes a las cuales se dedicaron a educar. Y lo curioso es que en sus primeros 25 años María Mazzarello ignora totalmente quién es Don Bosco y qué es lo que hace ese gran apóstol, y Don Bosco no sabe absolutamente nada de esta santa mujer y sin embargo los dos emprenden obras de apostolado totalmente semejantes, él para los muchachos y ella para las niñas.

De niña se propuso Mazzarello: "En catecismo no me dejaré ganar por ninguno en la clase". Y así lo logró. Aunque no fue a la escuela, sin embargo se aprendió de memoria todo el catecismo y logró entender muy bien las explicaciones que le daban. Y con esta excelente provisión en su memoria se propuso lograr que las niñas del pueblo adquirieran también una excelente instrucción religiosa. Para ello fundó un "Oratorio" o escuela de catecismo para la niñez femenina. Ella y sus amigas les enseñaban costura y otras artes caseras y les proporcionaban muy agradables recreos y bulliciosos paseos, mientras iban consiguiendo que las jovencitas aprendieran muy bien la religión y observaran excelente comportamiento en casa y fueran a misa y recibieran los sacramentos. Eso mismo estaba haciendo San Juan Bosco en otra ciudad, en Turín con los muchachos.

El Padre Pestarino observó que en María Mazzarello y sus amigas, aunque no eran instruidas, sin embargo había gran caridad para con los necesitados y un enorme amor a Dios y fuertes deseos de conseguir la santidad. Y entonces las reunió en una Asociación Juvenil que se llamó "De María Inmaculada". El mismo las confesaba, les daba instrucción religiosa y las defendía contra los que querían destruirles su obra de apostolado.
Viajando en el tren se encontró el Padre Pestarino con San Juan Bosco. El Sumo Pontífice le había dicho a Don Bosco "¿Por qué no funda una Comunidad de mujeres para que se dedique a hacer en favor de las muchachas lo que Ud. y sus salesianos hacen en favor de los muchachos?". Eso le quedó zumbando en los oídos al gran santo.

En esto estaba pensando cuando Dios vino a hablarle por medio de un sueño misterioso. Vio el santo en sueños que muchas niñas pobres salían a su encuentro suplicándole con insistencia y diciéndole: "¿Por qué no se preocupa también de nuestra educación? ¿Es que las niñas no tenemos también un alma que salvar, como la tienen los muchachos?". Meditando estaba Don Bosco en todo esto cuando se encontró en el tren con el Padre Pestarino, el cual le contó que en su pueblo de Mornese tenía un grupo de muchachas muy fervorosas, las cuales estaban haciendo respecto a las niñas, lo mismo que él estaba haciendo en Turín por los muchachos. Y lo invitó a que fuera a encargarse de dirigirlas. Al santo le pareció formidable la idea, y anunció que pronto iría a visitar aquella bella obra.

En la vida de Mazzarello hay una fecha que jamás podrá olvidar, porque marcó para siempre el rumbo de su vida. Es el 7 de octubre de 1864, el día en que San Juan Bosco fue por primera vez a Mornese. Aquella fue una fecha emocionante e inolvidable. Todo el pueblo salió recibir al santo y a sus jóvenes alumnos que con una alegre banda musical venían a visitarlos. En bellísimo caballo blanco entró Don Bosco por las calles de la población, adornadas con flores y banderas. Los hombres habían ido a varios kilómetros de distancia a encontrarlo, y las mujeres y los niños llenaban las calles y gritaban vivas y aplaudían. Todos estaban convencidos de que era un hombre de Dios, un gran santo. Y además era extraordinariamente amable y alegre, y amigo de los niños y de los pobres.

Mazzarello no había visto nunca a Don Bosco, pero esa noche, apenas le oyó su primer sermón quedó encantada y llena de admiración. Y en esos días siempre que el santo hablaba, ella se colocaba en las primeras filas para oírle mejor y no perderle palabra alguna. A sus compañeras que la reprendían por meterse allá entre ese montón de hombres, a escucharle, ella les decía: "Es que mi corazón me dice que es un santo, y a los santos no se les puede perder palabra". La amistad con Don Bosco hizo crecer a pasos agigantados en santidad a la muchacha de Mornese.

Don Bosco constató que aquellas muchachas que dirigía el Padre Pestarino eran excelentes candidatas para ser religiosas, y con ellas fundó la Comunidad de Hijas de María Auxiliadora, o salesianas, que hoy en día son más de 16,000 en 75 países, y su Congregación es la segunda en número en todo el mundo.

El santo fue a comunicarle la bella noticia al Santo Padre el Papa Pío IX, el cual la aprobó con gran alegría y así el 5 de agosto de 1857 nació oficialmente esta gran congregación religiosa a la cual Don Bosco la declaró "Un Monumento de gratitud a María Auxiliadora".

Como Superiora de la nueva Comunidad fue elegida por unanimidad María Mazzarello, y aunque ella se negaba a aceptar, diciendo que era una mujer muy ignorante, sin embargo San Juan Bosco respondió: "Dios le ha dado unas excelentes cualidades para ser superiora, y muy bien se merece este cargo". Y tuvo que aceptar, y fue Superiora General hasta su muerte y obtuvo resultados asombrosos, por su fe y su humildad.

María Mazzarello apenas medio sabía leer y escribir. Y siendo Superiora General se dedicó a hacer cuarto de primaria entre las niñas pequeñitas, cuando ella ya tenía 34 años. Era un ejemplo que impresionaba mucho.

Era el año 1881. Madre Mazzarello ya llevaba 10 años de Superiora, con gran satisfacción de todas sus súbditas, y gozaba de buena salud. Pero un día le ofreció a Dios su vida, por la salvación de una muchacha que estaba en peligro de perder la fe, y Dios tiene buenos oídos para escuchar estos ofrecimientos y aceptó la propuesta. Y le vino la terrible enfermedad de la pleuresía (inflamación de las membranas que cubren el pulmón). Sabiendo que a San Juan Bosco le había concedido Dios el don de conocer el futuro, le preguntó si ella se curaría de esa enfermedad y el santo le respondió de una manera muy extraña. Le dijo así:

"Le voy a contar una parábola. Un día llegó la muerte a una casa de religiosas y le dijo a la portera: ‘¡Venga conmigo a la eternidad!’. Pero la portera le respondió: ‘Tengo mucho oficio en la portería y no me puedo alejar de aquí’. Entonces pasó la muerte a la cocina y le dijo a la hermana cocinera: ‘¡Venga conmigo a la eternidad!’. Pero la hermana cocinera le dijo: ‘Tengo tanto que cocinar’. ¡No puedo acompañarla!’. Y la muerte fue donde la Superiora y le dijo: ‘Ud. tiene que dar a las demás ejemplo de obediencia. ¡Venga conmigo a la eternidad!’. Y la superiora, para dar ejemplo, se fue a la eternidad con la muerte". 

Madre Mazzarello entendió lo que le decía el santo, inclinó la cabeza y aceptó tener que morirse tan joven. Y en plena vida, a los 44 años, el 14 de mayo de 1881, después de cantar un himno a la virgen Santísima, expiró santamente. Sus tres grandes amores fueron la Eucaristía, María Auxiliadora y la juventud pobre para educarla y salvarla. Madre Mazzarello pídele a Dios para cada uno de nosotros esos tres grandes amores.

Lizeth Vanessa Diaz Useda 
PFC II 




lunes, 19 de septiembre de 2011

EL SISTEMA PREVENTIVO DE DON BOSCO (La amorevolezza)





La caridad pastoral que inspira, motiva y condensa la acción educativa salesiana es el alma de todo el sistema educativo de Don Bosco; es la esencia, la síntesis y el rasgo más original de su pedagogía. Por esta razón se le ha dado al sistema preventivo el nombre de “pedagogía del amor”. Es este el motivo por el cual la carta sobre el espíritu de familia escrita desde Roma el 10 de mayo de 1884.



La Amorevolezza es la caridad teologal que tiene su origen en “Dios mismo que es amor” y en la certeza de fe de que “todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios” (1 Jn. 9, 7-8).Don Bosco dice a los salesianos: “tratasen a los alumnos como tratarían a Jesús mismo”.


La Amorevolezza tiene una dimensión humana y por
 eso mismo, efectivamente pedagógica.
La educación es un “acto de amor”, este es
 el principio fundamental de la pedagogía salesiana.
El educador cristiano, en efecto, ama ante todo su profesión, la vive y la realiza como el mejor servicio que se puede prestar a la juventud y a la mejor de las causas: la formación integral de los niños. El educador salesiano consagra toda su vida en bien de los jóvenes, por su bien, está dispuesto a sacrificarse y a soportar los contratiempos en esta difícil misión, por eso, Don Bosco educador dio su vida, la gastó literalmente a los jóvenes más exclusivos de la sociedad. “he prometido que hasta mi último aliento estaré al servicio de mis queridos jóvenes (Don Bosco)”. Por el bien de la juventud ofreció generosamente tiempo, calidez y salud “yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, pos vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto a dar la vida.

Además de la entrega desinteresada de las y los jóvenes, la amorevolezza tiene un aspecto profundamente humano en la relación educativa sin la cual es imposible cualquier intento educativo.

 Este rasgo, lleva a que el ambiente educativo se caracterice por el espíritu de la familia, Don Bosco buscó con sus jóvenes no ser su superior sino un amigo.
Las relaciones interpersonales en la educación salesiana llegan a ser las relaciones de amistad y fraternidad, encarnando y viviendo a Cristo como buen pastor.

El potencial educativo se experimenta efectivamente en la relación entre el educador y el joven, y se establece una confianza recíproca. La tarea más dura del educador animando sobre el sistema preventivo es la de conquistar el corazon del joven, lograr conseguir su confianza, convertirse en su amigo, la educación se hace posible mediante un pacto educativo basado en la confianza mutua.

Don Bosco afirma que sin familiaridad no se puede demostrar el afecto, y sin esta no puede haber confianza y a su vez el afecto y la confianza no son sentimientos invisibles, son espirituales y tiene que manifestarse y hacerse visibles para una eficaz acción educativa, no basta que los educadores amen a los jóvenes, no es suficiente que los jóvenes sean amados por el educador, es necesario que ellos sean amados.

Jefferson Eduardo Suárez 
PFC II

domingo, 4 de septiembre de 2011

MI LABOR COMO MAESTRA EN EL CAMPO





Esta práctica pedagógica consto de dos semanas la cual fue desarrollada en la escuela sede D, la Rosita junto con mis compañeras Adriana Cuadros y Mónica Sierra, bajo la orientación de la profesora Nancy Sánchez, se llevo a cabo entre el 21 al 29 de Julio. Esta escuela, está conformado por  veinte tres  estudiantes, en preescolar hay cinco estudiantes, dos niños y tres niñas, el grado primero está compuesto por un niño y una niña, en segundo hay dos niños, tercero está compuesto por dos niñas y un niño, el grado cuarto es el que cuenta con mayor número de estudiantes, ocho donde son cinco niñas y tres son niños, finalmente el grado quinto donde hay dos niñas y un niño.

Desde el jueves que fuimos a observación los niños se mostraron muy alegres por nuestra llegada a la escuela,  ese día todas trabajábamos un poquito con cada grupo y así descubrimos con cual grado queríamos trabajar, para que el trabajo fuera equitativo cada una selecciono dos grados en los cuales iba a trabajar toda la semana, así poder compartir sus conocimientos y aprender de ellos. Los acompañábamos desde la siete y media de la mañana hasta la una de la tarde, en la semana que pudimos compartir con ellos tratamos, los grados en los cuales trabaje fueron preescolar y tercero.

El grado tercero era un grupo muy bonito para trabajar ya que las dos niñas eran muy atentas, colaboradoras y queridas, ellas trabajaban prácticamente solas se les indicaban las actividades que tenían que realizar y alcanzaban diariamente el objetivo que se proponía, en este grado también había un niño pero el faltó casi todos los días, solo fue el viernes y así supe quien era, estaban muy pendientes de lo que seguía, nunca querían perder el tiempo, les gustaba leer y escribir cuentos en su cuaderno y siempre pendientes de lo que se realizaba para adelantar a Rafael, ya que faltaba mucho porque tenía que ayudar en la casa.

Por otro lado en el grado preescolar todos eran muy diferentes y su ritmo de trabajo era muy  disparejo, unos terminaban las actividades muy rápido y otros se demoraban mucho, a lo largo de la semana me encariñe mucho con ellos ya que uno estaba por ahí y lo abrazaban y le decían “profe la quiero mucho”, esas palabras eran una vitamina para seguir trabajando y dando todo para que los niños aprendieran y no fuera en vano el esfuerzo que se hacia todos los días.

Para ellos eran muchas fichas, les gustaba trabajar con diversos materiales, y algunas veces opinaban sobre que utilizar, algunas veces uno llevaba una ficha para aplicarle aserrín, pero había arena entonces decían “no profe con arena mejor, ¿sí?”, entonces el trabajo se convertía en algo bonito porque los niños expresaban lo que querían hacer y así no se cansaban tanto y realizaban las actividades con agrado.

Los dos niños eran un poco imperactivos, pero su ritmo de trabajo era muy bueno y querían trabajar y trabajar, las niñas por otro lado se tomaban su tiempo, se contaban la novela mientras coloreaban o rellenaban, pero sus trabajos eran muy impecables y excelentes, también proponían ir a dar una vuelta a la escuela, correr o realizar dinámicas para cambiar de actividad para así rendir mejor y no estar haciendo lo mismo siempre.

El lunes todos tenían educación Física, y se enteraron que el tema a trabajar era el basquetbol y no querían trabajar, se inicio la clase y solo unos pocos estaban atentos, luego los demás cuando veían como se divertían jugando se animaron y participaron activamente de la clase, y luego en los descansos solo querían jugar con los balones de basquetbol, pero peleaban mucho porque todos querían tener el balón y los que lo tenían no lo prestaban solo lo querían para ello.

El lunes realizamos la invitación para que todos participaran en un concurso, en el cual deberían elaborar un escudo o logo que tuviera relación con el cuidado del medio ambiente, a esta invitación solo respondieron ocho estudiantes los cuales desde el jueves empezaron a exponer sus trabajos y el viernes fue la elección del mejor, todos recibieron un premio por haber participado, estaban muy contentos ya que sus trabajos fueron puestos en el rincón de acreditación.

El martes realizamos el lanzamiento de la tercera  etapa de la propuesta pastoral, allí  realizamos la invitación a que fueran constantes y lucharan por lo que querían, que no se dejaran derrumbar por los obstáculos que se les presentaran y que no descansarán hasta que sus sueños se hicieran realidad, para esta actividad del lanzamiento utilizamos la sala de informática, la cual cuenta con internet y allí vimos un video alusivo al valor, el cual era la constancia.

Cuando trabajábamos en la sala de informática, los niños eran felices porque al finalizar la clase tenían un espacio para jugar, ya ellos eso era lo que más les  gustaba, ya tenían su juego favorito, otras veces los unos iban a ver a los otros jugar y eran participes de los logros que alcanzaban sus compañeros en el juego, por otro lado les gustaba mucho Encarta la cual les permitía jugar e ir aprendiendo a la vez, me llamo mucho la atención la habilidad con la cual manejaban este medio de comunicación.

También algo importante por resaltar en esta escuela, es al buena presentación de los niños, todos llegan con sus botas y en la escuela se cambian y cuidan muchísimo su uniforme, lo mismo sucede cuando se van a ir para su casa, se ponen sus botas y empacan su uniforme  en una bolsita, otros lo dejan en la escuela para el otro día volvérselo a poner.

Comprobé que si tuviese la oportunidad de desempeñarme como maestra y tuviera que escoger entre el área rural y urbano sin pensarlo dos veces  me iría para el campo, allí los niños son muy queridos, valoran el material que se les  da, muestran el afecto y cariño hacia sus practicantes, son queridos, respetuosos y sobre todo muy responsables en las tareas y actividades que se les proponen.

Fue una experiencia muy bonita, en la cual di a conocer los pocos conocimientos con los cuales cuento, pero también aprendí mucho de los niños y de todo el esfuerzo que hacen para ir hasta la escuela y aprender, también como estudian y ayudan con las labores de la casa, lo más importante es que ellos hubiesen aprendido lo que se les enseño y sepan ponerlo en práctica en su vida cotidiana, ya que este es el objetivo de la educación es enseñar para la vida.

 ---->ELIANA DELGADO...!!







IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN





¿Qué es la educación? Se entiende por educación al proceso en el que una persona se ve influenciada a desarrollar y cultivar aptitudes, conocimientos, hábitos y conductas y así lograr un proceso de socialización para enfrentarse positivamente a un medio social e integrarse al mismo y para lograr un máximo desarrollo en su personalidad. La educación también implica una conciencie conductual y cultural.


La educación no se aprende solo en la escuela, esté es solo uno de los medios, ya que en la casa, con la familia, en las calles, con los amigos se aprehenden todo tipo de conocimientos; por lo tanto, se puede decir que los hombres podemos llegar a mejorarnos los unos a los otros. Esté es un proceso a largo plazo que persiste a lo largo de la vida; por lo tanto es un proceso continuo.El permitir que el estudiante viva experiencias que ayuden a la búsqueda y expresión de su sentido existencial humano es el verdadero sentido de la educación; por que hay que recordar que el aprendizaje no solo es de información sino también de experiencias.Ver la motivación a “ser más”, es necesario para la educación, en lugar de tener una motivación a “tener más”; ya que el “ser más” implica cierto compromiso para ayudar a los otros. El ser humano tiene la vocación de compartir lo que sabe y así, hacerse válido socialmente a partir de la relación con nuestros semejantes.




ERIKA CAMACHO PFC II