sábado, 18 de febrero de 2012

¡¡¡NO ES MÁS SABIO EL QUE SABE MUCHO, SINO EL QUE APRENDE DE LOS ERRORES!!!

El campo aplicado se entiende como una oportunidad y espacio reflexivo, crítico y flexible que brinda la Escuela Normal Superior María Auxiliadora, para aplicar capacidades, habilidades y destrezas fundamentadas en los conocimientos adquiridos y las experiencias vividas en las prácticas pedagógicas realizadas en los años anteriores. Igualmente tiene como base crear ambientes de desarrollo humano profesional porque permite al practicante darse cuenta de las herramientas y estrategias necesarias para su desempeño en cualquier contexto de la vida especialmente en su ámbito de desarrollo cotidiano teniendo presente la resolución de situaciones problemáticas.

Mi experiencia pedagógica la desarrollé en la primaria urbana Álvaro Abril con mi compañera Erika Camacho, diez y nueve estudiantes del grado tercero y  la maestra cooperadora Yacqueline Useda, quien amablemente nos acompañó y orientó durante todo el mes de proceso.
El objetivo de esta experiencia era darnos cuenta de cómo se inicia un año escolar en un centro educativo, la jornada de inducción y acogida a los estudiantes nuevos y las herramientas que allí se deben manejar para hacer significativo e innovador el aprendizaje; al igual se trabajó la metodología que se sigue para llevar a cabo los contenidos que se querían orientar y dar a conocer de acuerdo al grado de escolaridad, teniendo en cuenta las diferencias individuales.



En la primera semana, mientras aplicábamos las pruebas diagnósticas correspondientes a las áreas básicas del conocimiento, nos dimos cuenta que no era un grado fácil de controlar  porque, primero que todo no obedecían, eran muy inquietos y no realizaban las actividades con gusto y acorde a esto algunos no sabían escribir bien y mucho menos leer de corrido. Este fue uno de los primeros retos para nosotros y analizando paso a paso cada estudiante empezamos a demostrarles que como estudiantes de grado tercero íbamos a ser el mejor curso de la escuela, para ello les dimos a conocer el estímulo e inmediatamente iniciamos a trabajar el valor de la escucha.
En el análisis de la prueba diagnóstica de matemáticas, los niños demostraron un bajo rendimiento en cuanto a la interpretación de situaciones problemáticas, no sabían las tablas de multiplicar y se les dificultaba dividir y sumar horizontalmente; a partir de esto diseñamos concursos y juegos didácticos que llamarán la atención del estudiante para que se motivará a aprender, aunque no todos acogieron esta idea; fue en este momento que corroboramos efectivo la aplicación del proyecto” el toque numérico de las situaciones problemáticas”, para fortalecer más que todo el cálculo mental.

En la segunda semana, la disciplina empezó a tornarse más complicada, tuvimos problemas con el estudiante Carlos Augusto Garzón porque él se distraía muy fácilmente y se paraba del puesto a molestar sus compañeros, cogerles las cosas, correr por el salón y gritar. Esto fue un dilema total, se llegó al extremo de dejarse sin recreo debido a que se quedaba atrasado y debía adelantarse para poder seguir con sus compañeros. Para controlar el comportamiento de este estudiante se le pidió firmar un compromiso, el cual si no cumplía se le mandaba nota a sus padres.

Las dos semanas restantes se presentaron problemas de indisciplina ya no tan graves puesto que obedecían al estímulo que se les presentó. A pesar de estas dificultades, es un grado que poco a poco fue respondiendo positivamente en todos los aspectos gracias a la aplicación, inculcación y seguimiento de las competencias ciudadanas y manual de convivencia. Acorde a esto se llevaron a cabo los proyectos transversales, más especialmente el correspondiente a la democracia, trabajándola como un estilo de vida y forma de gobierno aplicada en la elección del presidente y mediador del curso, y el del medio ambiente en cuanto a la recolección de basura y organizando el espacio de trabajo y recreación. Lo anterior  permitió fortalecer en cada uno de los estudiantes la capacidad para ser conscientes de sus propias acciones y el sentido de pertenencia para con lo que favorece y facilita su proceso de enseñanza aprendizaje.

Durante este proceso se manejaron niveles de competencias, tales como la interpretación y la argumentación, ya que estas eran las que más se les dificultaba y por supuesto son las más necesarias en la adquisición de su propio conocimiento. Para potenciar este tipo de competencias se les presentaron textos, comprensiones lectoras, análisis de situaciones, uso de las MTIC, seguimiento de instrucciones y respuestas a preguntas abiertas.

De todas las prácticas pedagógicas, esta es la que en realidad me ha parecido más compleja, puesto que el tiempo fue muchísimo más largo y obviamente se tienen más oportunidades para conocer los estudiantes y llevar a cabo la orientación de los planes correspondientes. Es un reto, porque es aquí donde uno se da cuenta de las capacidades que posee para enfrentarse a un grupo de niños que hasta ahora están en la etapa de crecimiento y lo que se les oriente les queda para la vida, por tanto no se pueden enseñar errores.
Fue una experiencia enriquecedora porque aprendí a manejar las diferencias individuales y a su vez la forma como se deben acoger los niños para orientarles las diferentes temáticas, debido a que no todos poseen las mismas facilidades para desarrollar las actividades.

                         LIGIA FORERO BARAJAS
                            PFC III SEMESTRE                    


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